miércoles, 31 de diciembre de 2014

2014 - 2015

La verdad es que yo también cargo un puñado de buenos deseos para el año que inicia. De este 2014, yo también me quedo con múltiples instantes que, aunque personales, están impregnados de las coincidencias en tiempo-espacio. Hice viajes que materializaron con más fuerza la solidaridad, la camaradería y la esperanza en que juntos -todos, todas- podremos, pues queda todo por hacer y lo que está en juego es la existencia misma.

Viví mi fragilidad en más de una ocasión y acompañé dolores ajenos, volviéndolos propios, intentando gritar(le) que aunque libremos nuestras propias batallas, no estamos solos/as. Dejé cosas sin hacer, palabras sin decir, tristezas sin llorar. Llené mi cuerpo de placeres y de heridas, sentí escapar el corazón un sin número de veces y vomité nostalgias como si me hubiera bebido todo el amor del mundo. Hubo resentimientos y desconfianzas, malentendidos, decepciones, y la constante necesidad de re-definirme, de re-afirmarme, aunque eso signifique aprender a perder.  Volví a convencerme de que la familia no es aquella que comparte tu sangre, que esa sangre no garantiza una mano o un hombro, que, en cambio, vamos conformando otra familia, más auténtica en mi caso, mientras trazamos nuestro camino. En ese sentido y con ese cariño presencié la emotividad y la combatividad con que los electricistas en resistencia cumplieron cinco años de haberlo desafiado todo, haciendo posible el centenario de un sindicato que continúa escribiendo la historia de las y los trabajadores.

Rabié, quizá como nunca, al darme cuenta de la brutalidad de las bestias que ostentan el poder. Sentí miedo, coraje e impotencia por el asesinato y la desaparición de los compañeros, que puso sobre la mesa el asesinato, encarcelamiento y desaparición de muchísimos más, que resquebrajó el telón que impedía mirar al México plagado de fosas clandestinas. Pero supe que eso no debe más que convertirse en fuerza para seguir luchando, para seguir gritando, marchando, organizando y construyendo.

En fin, que yo también cargo un puñado de buenos deseos, pero a veces esos están de más. Se vienen tiempos difíciles, se recrudecen los golpes, brotan obstáculos por aquí y por allá, y sin embargo, me queda la confianza en que los pueblos oprimidos sabrán hacerse dueños de sus propios destinos, de que podemos convertir la necesidad de la unidad en posibilidad de concretarla. Y sé que este país -como todos en el mundo-, es tierra fértil de resistencias que florecen gritando que están decididas a tomar el cielo por asalto.

Que en los próximos meses, nuestras manos sigan dando forma a esa historia colectiva que ha de engendrar un mundo nuevo, otro y diferente. Para todos y todas, salud y revolución social.

lunes, 13 de octubre de 2014

La voz de la resistencia

A los compañeros que he convertido en amigos y camaradas, que me han enseñado a vivir la solidaridad y la fraternidad, a los que he acompañado en lágrimas, a los que han contribuido en mi formación militante, a aquellos con los que he compartido una parte de su vida, una marcha, un dolor, una esperanza, un proyecto de transformación profunda. A las y los trabajadores que con su decisión de resistir continúan escribiendo la historia del Sindicato Mexicano de Electricistas.

Mientras exista resistencia
en este país herido
de impunidad y de muerte,
no todo tendrá sabor a derrota.

Se gesta en lo profundo
el rumor de la victoria,
y anida, por ejemplo, en esa voz
que no se calla, que exige,
que reclama,
y que está pronta a cumplir
su centenario.

En esa voz de rostro digno que
hace cinco años decidió
hacer frente a cualquier embate
para adueñarse de su historia
y su futuro.

En esa voz solidaria
que resuena en las calles y plazas
del corazón de la patria,
y que corre, con luz y fuerza,
por las venas de los oprimidos.

La voz que rabia, grita, canta, llora,
que no se rinde, jamás se rinde.
Porque sabe que a pesar del dolor y la tristeza
será protagonista y transformadora,
será quien entone el venceremos.

Y en esa voz nos encontramos todos,
acompañando, luchando,
construyendo con barro y desde abajo
la garganta que ha de ser camino
a otras mañanas.

Por eso, que se escuche alto
la voz del Mexicano de Electricistas,
que avance firme enarbolando
la justicia y el derecho,
que forme parte de la lluvia
que ha de limpiarlo todo.

Que sean ustedes, compañeros,
los que escriban la última palabra.

¡Viva el Sindicato Mexicano de Electricistas!

viernes, 10 de octubre de 2014

:(

En medio de una patria mancillada
de campos ensangrentados,
y ciudades consternadas,
la impunidad pasea desnuda
por escuelas convertidas
en silencioso cementerio.

Las voces de los diarios y TV
continuan aplastando como pueden
la indignación que habla con pancartas,
y cuando estas son bastantes,
los gorilas con tolete se presentan
al servicio del dinero.


Hay días en que es difícil
arrancar el amargo sabor de derrota
de los labios que, sin embargo,
no quieren cansarse de gritar.
Es difícil mantenerse firme
ante tanto golpe que nos arruga el corazón.

Y para no morir de tristeza,
yo me abrazo a la esperanza
y a tu cuerpo.

Ayotzinapa duele.

jueves, 25 de septiembre de 2014

A mis compañeros

Me gusta la gente que lucha,
que no se calla,
que se indigna y no soporta
la injusticia.
Los que endurecen la quijada
y dignifican la palabra,
los que se saben protagonistas
de esa otra historia.
Los que dudan y cuestionan
en voz alta, siempre en voz alta,
los que no ponen excusas
para hacer lo que les toca.

Me gusta la gente que lucha,
que entiende que toda causa
y toda trinchera
es válida,
que sale a la plaza
y toma las calles.
Los que no piden, exigen,
hacen, conquistan, arrebatan.
La gente que llora,
se duele, se desespera,
pero nunca se rinde.
La gente que explica, paciente,
que escucha y debate
y se enciende para defender
su argumento.

Me gusta la gente que lucha,
que extiende el abrazo
solidario,
que pinta paredes,
pega carteles,
discute en el barrio,
en la escuela o en la fábrica.
Que se decide a
RESISTIR,
se reconoce en los otros,
que tiene memoria,
que aunque sienta miedo
-porque se puede sentir miedo-
sigue avanzando.

Me gusta la gente que lucha
sin importar el tamaño del monstruo,
que se organiza, que construye.
Me gusta esa gente
a la que llamo desde el fondo
compañero, compañera,
camarada.

lunes, 15 de septiembre de 2014

Si se me escapa la sonrisa en su mirada al encontrarnos de frente, si en su voz brillan palabras como solidaridad, dignidad, organización o congruencia mientras nos bebemos esperanzas, memorias, utopías… Si de pronto caen las ropas cual si fueran esos inútiles y vergonzosos muros que, tarde o temprano, habremos de tumbar, y nos acercamos con la dulzura con que se acercan los pueblos, arrojados a la trinchera del deseo y de la defensa de la verdad, esa verdad que es llanto de la historia. Si de mis manos nace la ternura cuando (nos)tomamos las armas y los cuerpos, y nos elevamos tanto que desde allá, muy arriba, ondeamos la roja bandera. Si entre nosotros no hacen falta discursos porque los besos vienen cantando que la vida es eterna en cinco minutos, y se nos escurre esa vida en cada poro y en cada lucha…

lunes, 1 de septiembre de 2014

Al que se fue

Al que se fue
     -y al que está-.

No te conozco,
apenas sé tu nombre,
no sé, a ciencia cierta,
lo que hiciste.
Pero ellos te llaman camarada,
siguen un camino que dejaste,
abrazan el recuerdo
de tu ejemplo.
Por eso te escribo,
un poco tarde, es cierto,
te nos has ido.
Y hablo de nosotros
porque un camarada
pertenece a ese pueblo
que lucha día a día,
que resiste y se organiza,
que va sembrando el mañana
que será de todos.
No te conozco,
apenas sé tu nombre,
pero levanto la bandera
de tus causas,
y vivo y lloro la partida
de quien fue dignidad
y congruencia.
Te escribo hoy, camarada,
porque el futuro es urgente,
pero el futuro, sin memoria,
no existe, engaña.
No te conozco, pero
ya siento que te conozco,
que en el dolor de quien se queda
está la experiencia
que la joven militancia busca
para entender que es tiempo
de salir de las trincheras.
Por eso te escribo, camarada,
para que sepas que lo hecho,
lo vivido y lo andado
no fue en vano,
que quienes nos quedamos
alzaremos tu libro,
tu palabra y tu fusil,
porque esto es una carrera de relevos.
Y conozco a otros que se quedan,
que les dueles, que te cantan,
y a él, a ellos, hay que admirarles
la entereza, e invitarles a seguir,
recordarles lo que saben:
La lucha es siempre.
No te conozco,
y podrías ser cualquiera
de los que se han adelantado,
pero hoy te escribo
porque como otros han dicho,
los que mueren por la vida
no pueden llamarse muertos.

(Y te escribo también
para decirle a él
que aún hay mucho por hacer.)

¡Hasta la victoria
SIEMPRE!

martes, 8 de julio de 2014

Memoria histórica


Es cierto, a veces parece que andamos sobre derrotas, pepenando viejos sueños que no se alcanzaron. Nos llenamos de miedo y de silencio, de hambre y de tristeza, y le contamos a los niños que nos han ganado la guerra.

Pero más allá de la tristeza, está la rabia, y más allá del silencio, nacen las voces de los pueblos, que si cantan juntos, cantan alto. Digo que la historia avanza y empuja y reclama, pero lo hace por los miles que la mueven a ella.

Se trata pues de no pensarnos solos, de mirar al otro, al otro de nuestro tiempo y al otro que ya no está, pero es. Se trata pues de aprender a conocer y re-conocernos, de transformarnos al transformarlo todo.

Y pienso también que la memoria histórica es el grito primigenio, el más doloroso y sangrante, quizá, pero el más puro grito de lucha por la vida, seguro...

(Que esto es una carrera de relevos.)


lunes, 2 de junio de 2014

Y volar.

En vísperas de cumplir mi primer cuarto de siglo.

martes, 6 de mayo de 2014

06 Mayo

Cada día trae consigo la necesidad de definirse. De mantenerse en pie aunque las piernas tiemblen, de aguantar lágrimas y manoteos mientras encontramos la cura al virus de la desesperanza.
A veces una quisiera quedarse siempre en un abrazo, guardar todas las estrellas, mirar todos los amaneceres, estar en cada sitio donde se requiera, como si no nos cansáramos, como si siempre se avanzara. Una quisiera poder hacerlo todo.
Luego llegan las nostalgias con sus respectivas dudas. Y no hay que detenerse mucho a pensar en lo sencillo que era planear una huida, o en lo poco que duraban las tristezas, o en el tamañito que tenían aquellos monstruos propios.
Hay que convencerse a cada rato de seguir rompiendo silencios, aunque la voz se quiebre, de seguir arrojándose, aún si una llega a perder todas sus piezas, de seguir amando aunque el miedo sea tal que lo vomitamos por cada poro...
Es eso, es necesario definirse y asumirlo, aunque se dejen tantas, tantas cosas...

Y hoy todo esto me parece terriblemente triste.

miércoles, 16 de abril de 2014

recibamos el mañana...

Déjame besar las voces
que desde tu garganta
claman por utopías.

Quedarme a dormir en tus pupilas
cuando las dejes descansar
del dolor del mundo.

Guardar entre mis poros
la fuerza esperanzada que
contiene cada uno de tus dedos
vueltos puño.

Colgar el corazón
en la cabecera de tu cama
para limpiar el miedo y la tristeza
de creernos diminutos y vencidos.

Déjame arrullar tu sueño
con suspiros que nacen abajo,
abajo en nuestros cuerpos
y abajo en nuestra historia.

Y quedarme en tu abrazo
lo que dure esta noche,
que el futuro viene
venciendo incertidumbres,
y yo quiero amarte antes.

lunes, 7 de abril de 2014

Vuelvo

Vuelvo a aquel beso,
a la mirada transparente
que prometía quedarse,
al primer dolor de pecho
con sus primeras lágrimas
engullidas casi a fuerza.

Al dulce verso
de alto grito,
a la poesía desnuda
que abraza discreta
y a sus tragos helados
de maldita ausencia.

Vuelvo al sentimiento
de rebeldía primigenia,
a la melodía compuesta
hace tantas voces
pero recién entonada
por mi insomnio.

A la inmensa negrura
de luna nueva,
acompañante en vela
del terco recuerdo
de manos conocidas
y rostros anónimos.

Vuelvo al lienzo en blanco
a la tristeza de volver
siendo distinta,
a la sana imprudencia
de cuestionarlo todo,
incluso tu cariño.

Y vuelvo a tu cuerpo,
y tu cuerpo es siempre.

martes, 1 de abril de 2014


"...si una mujer y un hombre son igual que aviones de papel."

viernes, 21 de marzo de 2014

"Sin clavarse."

Quizá no he entendido
que la carne es carne,
y que el sexo por sí mismo
no requiere excusa
o explicación.

Quizá me sigue pareciendo poco
que el movimiento de los cuerpos
deje a un lado la dialéctica
transformación
de lo inferior a lo superior,
y que tras el calor,
los besos, las caricias,
el sudor y los gemidos,
pretendamos ser los mismos,

como si ese grito se perdiera,
como si ese grito no rasgara
la fragilidad del diario,
como si los gritos no fueran
el preludio de algo nuevo,
otro, distinto.

Quizá no me trago 
esa constante advertencia
de no permanecer,
de tener prohibido quedarme
en uno u otro cuerpo,
en uno u otro abrazo,

de tener que regresar 
por donde mismo,
cuando siempre pierdo los caminos.

No me quedo, es cierto,
pero me voy distinta,
y dejo sueños sembrados
por si de pronto 
alguien quisiera cosecharlos
y algún susurro me invitara a volver.

lunes, 27 de enero de 2014

Hay un "te extraño" que no quiere salir de la garganta y no deja pasar otras palabras...