miércoles, 25 de mayo de 2016

Resaca II

Tengo el cuerpo lleno de ti. Te sudo, te lloro, te sangro e incluso te respiro. Me arranco trozos de piel y encuentro la tuya debajo. Mis ojos ya nos míos, se asombran y se espantan entre las pupilas con que ves doler al mundo. Mi voz, que en realidad nunca ha sido mía porque canta y grita las pasiones colectivas, hoy se acurruca en tu garganta y se vuelve humo para rozar tus labios. Brotas de cada poro, y mis manos no pueden sino recrear tu cuerpo en cada espacio vacío que me asfixia por no tenerte.
Te abrazo como abrazo la idea
de una Patria libre, entera
y para todos,
de una Patria Grande
construida desde abajo
donde descansemos
los besos, las miradas,
los fusiles, las batallas.
Te abrazo en esa misma lejanía
y algunas noches me dueles lo mismo
que este pueblo tantas veces malherido,
y acurruco entonces el anhelo de tu cuerpo
junto a la promesa viva de esperanza y amor profundo,
que de tanto en tanto desborda las calles y las plazas
para cubrirse de banderas
y futuro.


22/mayo/2016

Resaca I

Siempre hay una forma literaria de rompernos el alma en un amor y en un cuerpo que quién sabe si existe...


8/abril/2016

La liberación femenina y la lucha de clases, primeras reflexiones

El tema de la lucha de las mujeres se ha vuelto enormemente controvertido y ha estado cubierto de velos que impiden la cabal comprensión de su importancia no sólo para alcanzar la igualdad política entre “los ciudadanos” (que dicho sea de paso es imposible lograrlo en su totalidad sin un cambio en las estructuras), sino para la propia construcción de una sociedad sin opresores ni oprimidos. Así, a pesar de la cada vez mayor participación y protagonismo de las mujeres en el conjunto de movimientos sociales, persiste en muchas organizaciones políticas y sindicales, y en distintas corrientes del movimiento obrero y popular, la idea de que la lucha contra la opresión de género es secundaria o se resolverá mecánicamente como resultado de otra(s) lucha(s), esta(s) sí, prioritaria(s). Al mismo tiempo, en la mayoría de las organizaciones y movimientos feministas existe una interpretación de la lucha por la liberación de la mujer sumamente institucional, situada en un marco de respeto al Estado y las relaciones capitalistas. Ambas posiciones se convierten en obstáculos igualmente graves pues desvían la perspectiva de lucha y/o atrasan la toma de consciencia de las mujeres respecto a sus propios intereses.
https://www.facebook.com/notes/fer-poetiza/la-cuesti%C3%B3n-de-la-mujer-desde-la-lucha-de-clases/1354122734614579

Viaje II


El universo en una caricia, un susurro, una palabra, un pedacito de utopía y de esperanza. 
El universo en su beso, su abrazo, su cuerpo y su sexo. El universo en mi piel, en mi pecho, y abajo, entre mis piernas. 
El universo en un instante que, cuando es nuestro, es eterno...


Una vez más, mi respeto y solidaridad con el SME

El día 30 de enero, se cumplieron tres años de que la Suprema Corte de (In)Justicia de la Nación (SCJN) negó al SME el patrón sustituto. Al estar ahí, compartí con ellos ese amarguísimo sabor, ese momento de desconcierto total en el que por un momento parecía que no había más que hacer. Vi a los compañeros preguntándose unos a otros qué seguía, sentirse como al principio, cuando el infame decreto de extinción les arrebató el sustento de vida a miles de familias, cuando parecía que no se les dejaba nada. Y sin embargo no, la dignidad y el coraje nadie se las quitó, y al igual que en 2009, decidieron desobedecer la sentencia de muerte y casi inmediatamente volvieron a llenar las calles de la Ciudad de México para gritar que nadie más se liquidaba. Y volvió a ser claro: la solución será política. Y volvió a ser claro: sólo de ellos dependía.
Hoy se difunden declaraciones del titular de la Secretaría de Energía afirmando el acuerdo con el Sindicato. Y ocurre en medio de una absurda agitación interna (y externa) que pretende extender la idea de que la resistencia costó cara, de que el gobierno otorgó, de que se acepta el marco privatizador. Y pienso que hay que decirlo, nadie les ha dado nada, sin la resistencia no habría acuerdo (ni organización sindical). Y ocurre en pleno contexto de brutal destrucción de derechos, de total entrega de los recursos, y de incapacidad de la izquierda revolucionaria para promover una defensa unitaria de todo ello. El SME no es responsable de la contrarreforma energética, menos aún cuando se ha dedicado a asesorar y a organizar a miles y miles de usuarios contra los altos cobros, a explicarles las devastadoras consecuencias de la política del régimen para invitarlos a luchar juntos.
Y me atrevo a afirmar que estos seis años han bastado para identificar al enemigo y plantear ahora que el regreso al trabajo es un paso, que es necesario tomar conciencia de que bajo estos gobiernos seguirán ocurriendo similares o peores despojos en cualquier momento y a cualquier otro sector (o a ellos mismos), que la lucha es por la renacionalización de la industria eléctrica, y más aún, por que el pueblo trabajador sea quien tome en sus manos el control de sus recursos. Por supuesto que esto no está definido en este momento. El regreso al trabajo implica tremendo esfuerzo y creatividad para echar a andar una cooperativa y al mismo tiempo, como ellos han insistido, ser solidarios con las causas del pueblo y continuar la lucha por mejores condiciones laborales y de vida para cada uno de las y los trabajadores...
Lo inmediato, creo, es combatir el desgaste físico y psicológico de seis años de resistencia del que se aprovechan propios (en nombre del “derecho a informar” que en todo caso pareciera “derecho a desvirtuar”) y extraños. Es reafirmar que son ellos, los que aguantaron lo inimaginable, quienes en todo caso tienen la última palabra, quienes pueden erigir alto cualquier proyecto, quienes seguirán escribiendo su propia historia, y quienes incluso tienen la posibilidad de irrumpir en el escenario político nacional y ser punta de lanza en la articulación de esfuerzos, de iniciativas, de alternativas construidas desde y para la clase obrera. Hago esta pequeña reflexión porque considero que también quienes hemos acompañado este proceso tenemos responsabilidad de poner todo tipo de herramientas al servicio de los compañeros, sólo así se podrán dar pasos conjuntos para frenar la embestida contra el trabajo, la tierra, los recursos, la vida. E insisto, sé muy bien que a esto le queda mucho tramo por recorrer y que el propio camino es incierto, y discutamos, cuestionemos, pero sobre todo, vayamos con ellos (aprendamos con ellos)...

31/enero/2016

Viaje I

Y reconozco el profundo amor por la vida cuando mis manos, en pleno ejercicio de su libertad, llenan tu cuerpo de ternura y de utopía, cuando el abrazo nos sumerge en el sueño militante que amanece con la certeza de que lo podemos todo, no importa cuánto duela, lo transformaremos todo.

19/enero/2016

Gramsci acerca de los festejos de año nuevo:



Cada mañana, cuando me despierto otra vez bajo el manto del cielo, siento que es para mí año nuevo. De ahí que odie esos Años Nuevos de fecha fija que convierten la vida y el espíritu humano en un asunto comercial con sus consumos y su balance y previsión de gastos e ingresos de la vieja y nueva gestión. Estos balances hacen perder el sentido de continuidad de la vida y del espíritu. Se acaba creyendo que de verdad entre un año y otro hay una solución de continuidad y que empieza una nueva historia, y se hacen buenos propósitos y se lamentan los despropósitos, etc., etc. Es un mal propio de las fechas. Dicen que la cronología es la osamenta de la historia; puede ser. Pero también conviene reconocer que son cuatro o cinco las fechas fundamentales, que toda persona tiene bien presente en su cerebro, que han representado malas pasadas. También están los Años Nuevos. El año nuevo de la historia romana, o el de la Edad Media, o el de la Edad Moderna. Y se han vuelto tan presentes que a veces nos sorprendemos a nosotros mismos pensando que la vida en Italia empezó en el año 752, y que 1192 y 1490 son como unas montañas que la humanidad superó de repente para encontrarse en un Nuevo Mundo, para entrar en una nueva vida. Así la fecha se convierte en una molestia, un parapeto que impide ver que la historia sigue desarrollándose siguiendo una misma línea fundamental, sin bruscas paradas, como cuando en el cinematógrafo se rompe la película y se da un intervalo de luz cegadora. Por eso odio el Año Nuevo. Quiero que cada mañana sea para mí Año Nuevo. Cada día quiero echar cuentas conmigo mismo, y renovarme cada día. Ningún día previamente establecido para el descanso. Las paradas las escojo yo mismo, cuando me sienta borracho de vida intensa y quiera sumergirme en la animalidad para regresar con más vigor. Ningún disfraz espiritual. Cada hora de mi vida quisiera que fuera nueva, aunque ligada a las pasadas. Ningún día de jolgorio en verso obligado, colectivo, a compartir con extraños que no me interesan. Porque han festejado los nombres de nuestros abuelos, etc., ¿deberíamos también nosotros querer festejar? Todo esto da náuseas.
[1º de enero de 1916, periódico Avanti! (recogido en el libro Bajo la Mole – Fragmentos de Civilización); traducción tomada del sitio gramscimania.info.ve]