miércoles, 23 de febrero de 2011

calles heridas,
ineludibles testigos
de fracasos,
de agonías,
de fortalezas que tiritan de frío

maldicen al cielo
que pretende verlo todo
desde arriba,
pensándose ajeno,
creyéndose a salvo

árboles que quisieran
brindar un poco de sombra
a quienes cansados resisten
los embates de un destino
que no es destino,
que es consecuencia
de perder la memoria,
de desconocer su historia

piedras que se rompen
ante la mirada taciturna
del niño que pierde su infancia,
que obligado cambia
inocencia por comida

...

mas la noche encierra el rumor
de los hombres que conspiran entre sueños
planeando el viaje que haga
estallar al horizonte en gotas de utopía
y que así el cielo bañe calles,
árboles y piedras,
lavando la sangre de las plazas
y escribiendo la primera línea
de una historia llamada futuro

éxtasis...

...y me sumergí en un espiral de colores
donde cada grito atravesó portales sin retorno,
para terminar quebrada en cada poro de tu piel,
pidiendo refugio en tus ojos,
universo donde comenzar de nuevo...

martes, 22 de febrero de 2011

La luz rebelde se infiltraba entre las hojas hasta acariciar nuestros rostros... Tus ojos, más claros que antes, me explicaban que es cuestión de dignidad, mientras yo sonreía susurrándote un verso que no sé si llegó hasta tí...

En la mesa un puñado de nuevas amistades alzando las cervezas como si llevasen a cabo un ritual; en el viento aún distinguíamos los discursos de unidad y lucha que se empeñan en creer que existen alternativas, y que nos empeñamos en creer que no sólo son discursos; en la memoria dos cuerpos dando vida a lo eterno -que quizá no dure más que algunos instantes-, compartiendo todo aquello que está a su alcance, y que es más de lo que imaginamos, aunque no sea cuantificable; y en el futuro la promesa de que mientras seamos transparentes todo estará bien, de que seguiremos resistiendo pues "no hay de otra" y de que la siguiente ronda irá por nuestra cuenta...

Un muérdago en forma de murciélago, tus manos recibiendo la única flor que consiguió desprenderse del árbol, y la luz rebelde acariciando nuestros rostros deseosos de besarnos...

Ahora estoy segura de que queda mucho por andar...