sábado, 30 de mayo de 2015

"Te quiero porque sé que es imposible."

Pensarte conduce, 
inevitablemente,
a las banderas que cubren
las calles de mi pueblo
herido y amedrentado
pero de mirada digna;
a las palabras que escribo
en una barda
o en tu piel desnuda;
y a la esperanza fracturada,
pero viva,
de saberse entero
aunque duela. 

Conduce
a ciertos callejones sin salida,
callejones de mi alma que
no es más que la incertidumbre
de no saber si habrá un mañana
para compartir contigo,
para construir con todos. 

Al panfleto y la consigna
como alimentos necesarios
para alcanzarnos libres,
para amar-nos libres;
conduce al beso que se arroja
al alcohol y los cigarros
y a la canción que a deshoras
nos recuerda la utopía.

Pensarte conduce,
inevitablemente,
a descubrir mis manos 
sobre mi propio cuerpo,
dedicándote gemidos, temblores
y un húmedo silencio que
pretende explicarlo todo,
pretende que sepas
que te quiero compañero
y te quiero, compañero.