lunes, 7 de septiembre de 2009

Soledad

Esta noche llegó la soledad,
se ha recostado al lado mío,
suave, callada, profunda,
yo la inhalo en cada respiro.

Extiende a la vez todos sus brazos,
que no son dos, ni tres, ni cuatro,
adquiere la figura de un recuerdo,
y me sumerge en agridulce letargo.

Por momentos creo que me guarda,
que oculta mi fragilidad,
mas con forme el reloj avanza
descubro que me ha vuelto de cristal.

Sostiene -aprieta, o quizá estrangula-
a mi corazón cansado,
cansado de mirar con anhelo a la luna
y saberse tan lejano...

Cual atrevido amante me besa
y, de pronto, todo hiela,
los avismos están a mis pies
y me aferro a un pedazo de cama, de tierra.

Esta noche llegó la soledad,
duele, pero mi alma rota la acogió,
¿por qué? preguntarás...
es por que, en ella, tu rostro encontró.

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