Es un día de pocas palabras,
de expresar algo distinto,
de seguir en pie de lucha
y silbar al infinito...
Es un día para sentir
lo que estaba prohibido,
de cambiar el porvenir
sin darse por vencido.
Es un día para creer
que uno forja su destino
y de arrojarse sin pensar
a los colores del abismo.
Es un día para mostrarse
sin tapujos ni antifaces,
de llorar rebeldes ríos,
de armar de nuevo los cristales.
Es un día para entregarse
a las delicias del olvido,
de exigir una caricia
y suicidarse en un grito.
Es un día para morir
y vivir en un suspiro...
{...con unas gigantescas ganas de volar sobre una pintoresca ciudad con aroma a café...}
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