Exiliados de la vida
por criterios que no entiendo,
vagamos en subsistencia
sin saber si habrá otro día.
Escuchamos sus discursos
de igualdad y libertad,
mientras nos condenan
-con verdugo-
a pagar por respirar.
Nos damos cuenta,
no es la misma realidad,
a nosotros nos asesinan
con su llamada democracia...
El hambre grita,
el miedo golpea,
y donde debiera haber sonrisas
no encuentras más que miseria.
No importan sus palabras
de reconciliación,
les es fácil hablar
de tener compasión
cuando ellos son los primeros
en cometer la traición.
Nuestras voces exigen
un lugar mejor,
y lanzándonos monedas
creen apagar el terror,
el terror de la desgracia
que está ahí, sin telón,
sin teatro y sin actor.
Exiliados de la vida,
sin alguna posesión,
soportando las heridas,
sosteniendo el corazón...
martes, 29 de septiembre de 2009
miércoles, 23 de septiembre de 2009
martes, 22 de septiembre de 2009
Reflexiones sobre la almohada...
Hay un cadáver en mi libreta y una sonrisa menguante en mi rostro...
Hay un sin fin de ideas, y algunas tristezas, dentro de este extraño frutero...
y hay un enanito curioso que me confunde con algún otro loco.
Los monstruos deberían quedarse en el atrapasueños y, sin embargo, los escucho bajo mi cama.
Me han encontrado, pero ¡¡no me importa!! Seguro me olfatearon las ganas de escapar... Vamos, ataquen...
Ahora hay otro cadáver... ¡Malditos suicidas!
Rojo... rojo... rojo... A veces me asquea ver tanto rojo.
(Al menos puedo estar segura de que hoy no terminaré escribiendo cartas de amor...)
De fondo, una sinfonía, pam... pam... pam... llega al clímax... ¡ah! ¡ah! ¡ah!
Todo se vuelve pesado, lleno de colores, más de los que conocía... casi no puedo respirar y mi piel comienza a arder en llamas. Entonces un golpe de aire y tristes violines desgarran sus cuerdas suavemente... un coro de grillos con voces de soprano susurra mi nombre y siento la ligereza de nuevo...
Oh, sí, ligereza... es como ser una frágil pluma que cae a un abismo de incertidumbre... (y seguramente ahí también aguardan algunos monstruos de esos que se alimentan de corazones y sueños).
Hmmm... quizá sea porque me inspiro a las dos o tres de la mañana, pero hay diminutos individuos alborotados en mi habitación, lo sé porque veo sus sombras, seguro insinuan que es mi turno de dormir, así pondrán en marcha sus planes para dominar el mundo en unas cuantas horas...
Y a fin de cuentas no expresé nada de lo que quería expresar, pero fue debido a los gigantezcos y ruidosos seres verdes que me hicieron perder el hilo...
¿Otro suicida?
Una manzana, por favor.
{...y en ese momento, se apaga la luz...}
Hay un sin fin de ideas, y algunas tristezas, dentro de este extraño frutero...
y hay un enanito curioso que me confunde con algún otro loco.
Los monstruos deberían quedarse en el atrapasueños y, sin embargo, los escucho bajo mi cama.
Me han encontrado, pero ¡¡no me importa!! Seguro me olfatearon las ganas de escapar... Vamos, ataquen...
Ahora hay otro cadáver... ¡Malditos suicidas!
Rojo... rojo... rojo... A veces me asquea ver tanto rojo.
(Al menos puedo estar segura de que hoy no terminaré escribiendo cartas de amor...)
De fondo, una sinfonía, pam... pam... pam... llega al clímax... ¡ah! ¡ah! ¡ah!
Todo se vuelve pesado, lleno de colores, más de los que conocía... casi no puedo respirar y mi piel comienza a arder en llamas. Entonces un golpe de aire y tristes violines desgarran sus cuerdas suavemente... un coro de grillos con voces de soprano susurra mi nombre y siento la ligereza de nuevo...
Oh, sí, ligereza... es como ser una frágil pluma que cae a un abismo de incertidumbre... (y seguramente ahí también aguardan algunos monstruos de esos que se alimentan de corazones y sueños).
Hmmm... quizá sea porque me inspiro a las dos o tres de la mañana, pero hay diminutos individuos alborotados en mi habitación, lo sé porque veo sus sombras, seguro insinuan que es mi turno de dormir, así pondrán en marcha sus planes para dominar el mundo en unas cuantas horas...
Y a fin de cuentas no expresé nada de lo que quería expresar, pero fue debido a los gigantezcos y ruidosos seres verdes que me hicieron perder el hilo...
¿Otro suicida?
Una manzana, por favor.
{...y en ese momento, se apaga la luz...}
lunes, 21 de septiembre de 2009
Día...
Es un día de pocas palabras,
de expresar algo distinto,
de seguir en pie de lucha
y silbar al infinito...
Es un día para sentir
lo que estaba prohibido,
de cambiar el porvenir
sin darse por vencido.
Es un día para creer
que uno forja su destino
y de arrojarse sin pensar
a los colores del abismo.
Es un día para mostrarse
sin tapujos ni antifaces,
de llorar rebeldes ríos,
de armar de nuevo los cristales.
Es un día para entregarse
a las delicias del olvido,
de exigir una caricia
y suicidarse en un grito.
Es un día para morir
y vivir en un suspiro...
{...con unas gigantescas ganas de volar sobre una pintoresca ciudad con aroma a café...}
de expresar algo distinto,
de seguir en pie de lucha
y silbar al infinito...
Es un día para sentir
lo que estaba prohibido,
de cambiar el porvenir
sin darse por vencido.
Es un día para creer
que uno forja su destino
y de arrojarse sin pensar
a los colores del abismo.
Es un día para mostrarse
sin tapujos ni antifaces,
de llorar rebeldes ríos,
de armar de nuevo los cristales.
Es un día para entregarse
a las delicias del olvido,
de exigir una caricia
y suicidarse en un grito.
Es un día para morir
y vivir en un suspiro...
{...con unas gigantescas ganas de volar sobre una pintoresca ciudad con aroma a café...}
miércoles, 9 de septiembre de 2009
Violencia
Noche pesada,
suspiro de alcohol,
se quiebra otra pieza
de aquel corazón.
Besos con rabia
que exigen calor,
se tragan las lágrimas
de triste sabor.
Caricias en puño,
poesías de dolor,
injurias sin rumbo
que escupe esa voz.
Un cuerpo desnudo
se ahoga en temor
al verse en un mundo
distinto al que soñó.
Sabe que está marchito
eso que llamó amor,
y mirando su reflejo herido
se pregunta cómo sucedió.
Terribles gemidos
explotan en su interior,
pero son sus gritos
olvidados por la cerrazón.
Y todo seguirá así
hasta que ella decida parar,
hasta que se decida a marchar,
para que esos gritos
salgan de la oscuridad.
lunes, 7 de septiembre de 2009
Soledad
Esta noche llegó la soledad,
se ha recostado al lado mío,
suave, callada, profunda,
yo la inhalo en cada respiro.
Extiende a la vez todos sus brazos,
que no son dos, ni tres, ni cuatro,
adquiere la figura de un recuerdo,
y me sumerge en agridulce letargo.
Por momentos creo que me guarda,
que oculta mi fragilidad,
mas con forme el reloj avanza
descubro que me ha vuelto de cristal.
Sostiene -aprieta, o quizá estrangula-
a mi corazón cansado,
cansado de mirar con anhelo a la luna
y saberse tan lejano...
Cual atrevido amante me besa
y, de pronto, todo hiela,
los avismos están a mis pies
y me aferro a un pedazo de cama, de tierra.
Esta noche llegó la soledad,
duele, pero mi alma rota la acogió,
¿por qué? preguntarás...
es por que, en ella, tu rostro encontró.
se ha recostado al lado mío,
suave, callada, profunda,
yo la inhalo en cada respiro.
Extiende a la vez todos sus brazos,
que no son dos, ni tres, ni cuatro,
adquiere la figura de un recuerdo,
y me sumerge en agridulce letargo.
Por momentos creo que me guarda,
que oculta mi fragilidad,
mas con forme el reloj avanza
descubro que me ha vuelto de cristal.
Sostiene -aprieta, o quizá estrangula-
a mi corazón cansado,
cansado de mirar con anhelo a la luna
y saberse tan lejano...
Cual atrevido amante me besa
y, de pronto, todo hiela,
los avismos están a mis pies
y me aferro a un pedazo de cama, de tierra.
Esta noche llegó la soledad,
duele, pero mi alma rota la acogió,
¿por qué? preguntarás...
es por que, en ella, tu rostro encontró.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)