martes, 29 de enero de 2008

De un padre

Dos ojos cristalinos se pierden en el cielo,
y tu pálido rostro se ilumina con la luna…
suplicas a las estrellas en silencio
escuchar de nuevo esa canción de cuna.

Te siento suspirar
cuando naufragas en recuerdos,
para luego desahogar
tus penas en tristes versos.

Hoy los ángeles me dicen
que te han visto llorar,
que por las noches te entregas
a las caricias de la soledad.

Dime, pequeña, ¿qué puedo hacer?
quisiera decirte que todo está bien.

He sido testigo de cómo la vida te hace fingir,
el sol brilla e ilumina un disfraz,
una máscara llena de risas…
más la noche es el colapso de tu obra
convirtiendo un falso mundo en simples ruinas.

Observo con recelo
aquellas sombras que te besan,
tejiendo sobre ti un suave velo
de profundas y amargas tristezas.

Vacilante reposo a tu lado,
mi mano sobre tu cabello,
sin tocarte…
¡Mírame! ¡Estoy aquí! Contigo…

Hoy los ángeles me dicen
que te han visto llorar,
que por las noches te entregas
a las caricias de la soledad.

Oh, mi niña, ¿sientes mi abrazo?
No es el abrazo de la muerte, no,
es el de un padre preocupado,
vuelve a reír, como tantas veces antes.

Tan solo quiero secar tus lágrimas,
volver a construir tu castillo de arena.
Coloco con ternura mis labios en tu frente,
de nuevo, sin tocarte,
y desvanezco una vez más
mientras te escucho sollozar…

i miss u... T_T

No hay comentarios: