lunes, 31 de mayo de 2010

...que todo está bien

Finjamos por un momento que todo está bien,
que no callamos nada y que no hay por qué gritarnos,
que no hay celos ni malentendidos ni secretos,
que sólo somos tú y yo, desnudos, sin miedos.

Finjamos por un momento que los problemas del mundo
no existen... que no hay abusos ni desigualdades,
no hay cárceles ni puños que atropellen
pequeñas esperanzas, que nadie juzgará un color
o una preferencia, que la lucha por la libertad
no nos cobra con vidas.

Finjamos por un momento que creemos en nosotros,
que tomarás mi mano y construiremos un futuro,
que sigues a mi lado cuando el día despierta,
que lees mis poemas, que no censuro mis palabras,
que sonrío por tí.

Finjamos por un momento que encontramos un refugio,
que lo que escuchamos no son explosiones, son
carcajadas de chiquillos bien alimentados, sin frío...
que paseando por tranquilas calles encontramos la Verdad,
¡y que no está enferma!
pero que sí es contagiosa.

Finjamos por un momento no hay insultos,
que podemos apagar las luces, que son más
las cosas que nos unen a las que nos separan,
que cada persona encontró su estrella, que nacieron flores rojas,
que no volveremos a sentirnos solos,
que todo está bien... que todo está bien.

Finjamos por un momento
que estamos seguros
de que nos queremos...

miércoles, 26 de mayo de 2010

26 de mayo

Tres años.
Se dice fácil...

Tres años de alegrías y tristezas,
de soledades dulces y amargas,
de vivir nuevas costumbres
y recordar viejos consejos.

Tres años de letras y dibujos
que pretenden exteriorizar
eso que a veces soy incapaz de decir,
de descubrir talentos
y perfeccionar defectos.

Tres años de giros hacia la izquierda,
de puños levantados y estrellas rojas,
de inventar esperanzas y creer en luchas.

Tres años de amores fugaces,
rotos, ensangrentados, eternos.
De noches buenas y días malos,
De llanto, de alcohol, de risas y blasfemias.

Tres años de golpes que no pensé recibir,
de canciones que rompen muros y distancias,
de extraviar los mapas y aprender a improvisar.

Tres años preguntándome quién soy,
disfrutando melancolías
mientras tarareo "Ojalá",
de verme reflejada en la pequeña Mafalda,
de leer a Benedetti (que ya tampoco está)
y dedicar algunos domingos a Woody Allen.

Tres años de extrañar un abrazo,
un "te quiero",
de no saber qué piensas de mí.

Tres años de alzar la mirada
y de sentir el cansancio de gritar al cielo.

Tres años de silencio,
de comprender que no había más
y sin embargo, sentirme satisfecha,
feliz.

Tres años.
Se dice fácil, pero ¡puta!
son tres años sin tí.

sábado, 8 de mayo de 2010

08/mayo

Es increíble lo rápido que parece marchar la vida.
Cómo un día uno avanza decidido y seguro hacia cierto destino y de pronto se da cuenta de que no está donde creía, de que incontables circunstancias modificaron los caminos.

No puedo evitar sentirme nostálgica, echar una mirada a las fotografías almacenadas en la memoria, cuestionarme el por qué de tantas cosas que probablemente de nadie dependieron...
No puedo evitar la confrontación de lágrimas y sonrisas cuando en días como hoy pienso en tí.

Los cumpleaños no son momentos para estar triste. Siempre me pregunté por qué no te gustaban. Y quizá no es que no te gustaran, sino que tu personalidad ligeramente existencialista -la cual creo haber heredado- los volvía días de reflexión y de vistazos al pasado...
Preferías que fuera un día tranquilo, que pasara casi desapercibido, lo importante era estar con nosotros...

Me pregunto qué significado puede tener para tí esta fecha, ahora que el tiempo ya no es tiempo y las cosas son tan distintas que yo no alcanzo a imaginarlas...

Me encantaría que pudieras regresar un rato, poder charlar de tantas cosas, comer pastel, darte un cariñoso abrazo y obsequiarte alguna curiosidad de esas que suelo fabricar con mis manos.

Me encantaría haberme levantado hoy y dirigirme corriendo a despertarte con un grito de
¡Feliz Cumpleaños!

Pero aunque los cumpleaños no son momentos para estar triste, tampoco puedo evitar sentir ese hueco en la casa, en la ciudad, en el mundo...


Feliz Cumpleaños.

lunes, 3 de mayo de 2010

Lalala...

Lo siento, hoy viajaré a la luna y no estaré disponible.


Resulta que, de pronto, no sé qué hago aquí.

Extraño tantas cosas y espero tantas otras
que cuando miro mis manos, están vacías.

Luego miro alrededor y, a veces,
no logro distinguir rostros,
ni brazos…
(digo, es que por momentos
sólo quisiera unos brazos…)


Ayer salí a las calles a gritar por quienes están encerrados,
por quienes fueron golpeados, por las mujeres,
por los homosexuales,

porque se reconozca al trabajador como sujeto revolucionario...

y hoy las rejas siguen ahí, las heridas se siguen sumando
igual que los desaparecidos,

no como los salarios, que siguen bajando...
y debo confesar que entre los manifestantes

había realmente pocos obreros...

Lo intento, pero hoy no puedo clamar

revolución.
Es otra de las razones por las que ocultaré mi vergüenza
entre las estrellas.

Tampoco puedo sonreír como otras veces,
el mes de Mayo se vuelve insoportable,

Sobran sentimientos,
como sobran motivos,
pero falta inspiración,
como faltan personas…

Entonces colocaré en mi frente
un pequeño letrerillo que diga algo así como
“cerrado por reparación,
disculpe las molestias”,
mientras yo me distraigo volando algún cometa.

Pero no me voy porque deje de importarme el mundo,
sus luchas y sus sueños,
mucho menos porque me esté dando por vencida,
ni ante los villanos, ni ante las ausencias,
solo necesito observarlo todo un rato
desde arriba, desde lejos…


domingo, 2 de mayo de 2010

...
Puede ser que mañana

deba dejarte marchar,

incluso que yo misma te lo pida,


pero hoy necesito escuchar

que te quedarás conmigo,

que siempre estarás a mi lado

...