miércoles, 22 de junio de 2011

la noche que comenzó a arder





Esa noche,
las estrellas no brillaron
allá arriba,
lo hicieron abajo,
con los de abajo,
en las miradas indignadas que
arrojaron al cielo sus miedos,
en botellas de vidrio
con gasolina,
para que explotasen
al llegar al sol.

Cada calle acogió su barricada
formada con cuerpos que
cayeron ante rebeldes pasiones,
quemándose en gritos
que se cansaron de que los labios
sean paredes en vez de puertas.

Esa noche,

la marea de actores
reclamando el derecho
de ser sujeto histórico,
se apropió de la memoria arrebatada,
volviéndola el pañuelo que
les protegiera el rostro de los gases
y el corazón de tanto odio.

Hubo fusiles en cada carcajada
que disparó violenta y firme
ante la opresión,
la mentira y la desesperanza,
haciendo tambalear y retroceder
atemorizada
aquella mano invisible
que se dice responsable
del (des)orden imperante,

pero que tiene nombres, apellidos,

y millone$.

La ciudad retumbó,
a punto de derrumbarse,
entre anhelos de libertad,
y por todas partes ardían
ácidos y sueños
bajo la consigna de destruir
aquello que nos destruye.


Esa noche se encendían los fuegos

que entre humos anunciaban

nuevos comienzos...

3 comentarios:

mariajO dijo...

=) precioso me gusta...y muy apropiado para hoy que son las hogueras de san juan al menos aqui xDD

Anónimo dijo...

Hermoso poema que anuncia revueltas, que ventea revoluciones, donde el fuego purificador arrasa con el dominio subyugante y opresor de las clases dominantes, anunciando los inicios esperanzados de una nueva era.

Un poema extraordinario; me quito el sombrero.
Saludos revolucionarios, mi bloguera compañera.

Zorro Tapatío dijo...

Uyyy un poema muy encantador y esa fotografía es preciosa, yo traté de hacer una crónica con la información que recabe sobre ella en diversos diarios. Definitivamente lograste un buen conjunto, una armonía de palabras y silencios.