domingo, 26 de julio de 2009

...

¿Te ha ocurrido que, al conocer a una persona, y con sólo mirar tu reflejo en sus ojos, te das cuenta de que puede despertar en tí sentimientos que hasta entonces sólo imaginabas?

Y quizá lo de mirarte en sus ojos pudiera ser una metáfora, si es que él -o ella, en dado caso- estuviera físicamente a una distancia mayor a la que eres capaz de romper... Pero, independientemente de eso, cada palabra intercambiada adquiere una importancia que no comprendes, cada muestra de afecto se vuelve más fuerte de lo controlable... Y se vuelve un reto, un delicioso reto, el conocerle a fondo, por completo...
Todo es más sencillo cuando ambos lo sienten, ¡qué maravilla!... pero, ¿y sí no estás segurx de lo que piensa? Quizá hay muestras de cariño que por momentos te aseguran que todo es correspondido, que no es tu simple imaginación de niñx... o podría no haberlos de una forma consistente, real... Podrías también sentir sus dudas o que se muestre simplemente precavidx... Incluso, podría ocurrir que esa "magia" sólo la percibas tú. Y entonces, ¿qué hacer?
En cualquiera de los distintos escenarios posibles, lo que sientes está ahí, existe, y lo provoca él/ella, y de nada serviría negarlo, de nada serviría ocultarlo. Y es que, cuando encuentras ese complemento perfecto en una persona... cuando se mezclan, a tu parecer de forma adecuada, las coincidencias con las diferencias, cuando sonríes a pesar de la duda, y lo haces por verlo en tu vida, en ese pequeño mundo que has formado y al que de repente entró ese ser, sin avisar, en silencio, sutil... y del mismo modo adquirió ese protagonismo del que no quieres arrancarlo... Sientes que no debes buscar más, es él, es ella...

Y sólo... sólo quieres seguir soñándolx... que siga despertando de ti las más exquisitas ganas de vivir...

Quizá me ha ocurrido... quizá sólo lo imagino para tener algo que escribir... sea como sea, seguro culparía a las tremendas circunstancias por haber cruzado su camino con el mio... seguro seguiría sin entender cómo ocurrió.
¿Y qué más da entender algo, si me hace sentir éso? Sentir que alguien puede percibir más allá de lo obvio, sentir que alguien escucharía mis silencios, sentir que mi sonrisa tiene destinatario, sin importar su respuesta. Que mis manos buscarán un cuerpo, aunque deban aguardar por tiempo indefinido, que mi inspiración tiene rostro y que muero por gritar su nombre... Qué más da, si me hace sentir que no estoy tan sola. Seguro me provocaría algunos nervios, mejillas sonrojadas y una discreta e inevitable risa, y por supuesto, despertaría mi admiración hacia él, pues no veo como pueda darse algo similar al amor si no lleva consigo algún tipo de admiración... seguramente, sería alguien que lograra hacerme soñar, desesperar, reir, y simplemente, sentirlo. Sería alguien en quien encuentre eso que me falta, alguien que me hiciera perder la razón, que me hiciera llorar cuando mis ojos griten que lo necesito, y que me abrazara, a veces porque se lo pido, a veces porque lo adivina...
Sí, quizá me ha ocurrido... quizá...

Y sólo quiero seguir soñándolo...

No hay comentarios: