lunes, 25 de mayo de 2009
Lluvia
La lluvia ha decidido bajar,
tan sólo permaneceré allí,
pensando, sintiendo,
quizá dejando alguna lágrima salir.
Esperaré a que borre mis culpas
-que a veces son muchas-,
a que limpie mi ser,
a que arrulle mi alma
con su sonido al caer.
Que bañe mi memoria
y las heridas que provocan
tantas ilusiones...
Ilusión de amar,
de encontrarme,
de vivir en libertad
y ver nacer un nuevo horizonte
donde las guitarras toquen, griten,
la felicidad de los hombres...
Esperaré a que arrastre mis miedos,
que los absorba la tierra,
que se los lleve lejos.
Que llene tantas ausencias
con sus diminutas gotas,
que cubren de infinita belleza
los campos, cual si fueran joyas...
Que en el viaje de estas aguas
escuche el susurro de los dioses
y a los alegres grillos que cantan
mil historias cada noche.
Que recorra sutilmente mi cuerpo,
que con su frescura
derrita este hielo...
Que me abrace, y en su abrazo,
pueda distinguir el de mi padre.
Tan sólo permaneceré allí,
esperando a que la lluvia me purifique.
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