domingo, 6 de julio de 2008

Distopía

Duerme la ciudad bajo las lágrimas del cielo,
nubes de ceniza navegan en corrientes de aire denso,
el lamento de la tierra cruzando siete infiernos
y una mirada de inocencia agonizando en el destierro...

Buscando la paz sembrando guerra,
hablando de verdad escupiendo una mentira,
buscando un dios en falsos profetas
y almas en caparazones sin vida.

El agua ahora es veneno,
ahoga corazones que se arrojan a un abismo
de falsos paraisos...
en silencio, sin sentido.

Hórridos sollozos son el grito de las bestias,
alguna vez bellas criaturas que ahora mueren hambrientas.
Flotan en el espacio artificiales estrellas,
simbolo de un avance camino a la decadencia...

En el mundo ya no crecen plantas,
crecen edificios que ocultan el sol a las miradas,
un sol que aunque derrite no penetra la frialdad
de un infierno construido sobre metal...

Mentes condicionadas a la perdición,
cuerpos conocedores del placer,
pero ignorantes del amor,
creyentes de una inexistente religión
negligente a las muertes, a la destrucción,
que concede el perdón por televisión...

Los ángeles mecánicos no sienten piedad,
se difumina la línea entre el bien y el mal,
la especie que logró sobrevivir
es la más inhumana... la que tiene sin necesitar...

Y silencio del planeta es un lamento ensordecedor.

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