viernes, 18 de julio de 2008

mente

Cierra los ojos.
Pasillos oscuros, interminables,
pinturas de olvidados pasajes...
Una brisa helada que acaricia su carne
susurra advertencias, que no siga adelante.

Puertas desgastadas, sin color,
las luces se agotan
quedando solo un leve resplandor,
y el silencio aturdidor
es quebrado por una agitada respiración.

Los pasos resuenan por todo el lugar,
su mirada busca algo que le parezca familiar...
Escaleras que suben y bajan por igual,
espejos que teme mirar,
habitaciones que le incitan a pasar...

Gira una cerradura, abre y observa...
Cabezas sin cuerpo, flotando y sonriendo.
Temblando gira otra, un arcoiris color negro,
flores marchitas, caballeros degollados,
hadas suicidas y angeles asfixiados.
Se confronta y vuelve a abrir,
una mujer hermosa leyendo una historia
sin final feliz.
Se acerca y le toca, dolor.
Únicamente la podrá herir.

Cada puerta esconde algo más ilógico,
más enfermo, más profundo...
Es un abismo sin fondo, un laberinto
decorado con fotografías que lloran
bajo la tormenta de amargas risas,
corrientes de recuerdos sin sentido
que guardan el secreto de su verdad...

Perdido, oscilando entre lo real y lo irreal,
entre momentos vividos, sueños y fantasías,
mezclando la lógica con lo terriblemente absurdo...
abrazando sus temores más profundos,
ahogándose desesperado en un mar
del cual no recuerda la salida...


Un pequeño niño le susurra que deje de pensar...

Abre los ojos, despierta...
No querrá regresar...

"Mi temor más profundo es perderme dentro de mi mente"

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