habría de pensar
en la consigna transitoria
que te lleve de tus brazos
a mi abrazo,
o presentarte la propuesta
de un comité de besos
que organice la ternura
y promueva un nuevo encuentro,
quizá invitarte a leer
la declaración de mis suspiros
pa abrir una discusión
entre nuestras miradas,
de cerquita, más cerquita,
habría que hacer entonces
huelga de dudas y de miedos,
y agrupar tus sueños
con los míos,
tomaré la palabra
para que mis manos expongan
su principal y única demanda;
hacer de tu cuerpo
su bandera,
pues que una cosa quede clara:
amar es combatir,
y viceversa,
por eso,
luchemos, compañero.