lunes, 22 de febrero de 2010

fer y el principito :3




ha ha ha :)

A veces es difícil seguir soñando, pero
vale la pena.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Llevo ya algunos días en la ciudad... Admito que eran más las ganas de continuar "turisteando" que las de regresar, aunque es lindo volver a ver esos rostros familiares, volver a los debates, a los efusivos saludos y despedidas diarias, a recorrer con otra mirada las mismas calles, los mismos autobuses y el mismo camino de la cama al baño...

Pero también me resulta triste llegar y que todo siga igual... ¿Pero qué esperabas?, continuamente me digo, ¿a los obreros en el poder? ¿una revolución? ¿no más pobreza? ¿que de pronto la gente está informada? ¿que la universidad es un verdadero estandarte democrático y libre de caciques? ¿que los profesores imparten excelentes clases o, ya de menos, que asisten a ellas?... ni que te hayas ido tantos siglos...

Resulta que estos últimos días ha estado lloviendo y generalmente me gusta la lluvia, la disfruto más que cualquier otro clima, pero algo le ha dibujado un rostro triste, un perfil bajo, algo le ha dejado sin voz... ando preguntándome qué podrá ser, y me detengo en algunos supuestos... quizá ese imaginario social que el 2010 resultó traer implícito, quizá el que mis relaciones sentimentales parezcan más una bola de estambre perfectamente enredada y repleta de nudos, quizá que pronto se cumplirá un año desde el último tango y que vamos para tres sin que deje de sonar el réquiem, quizá porque siguen sumándose los días desde que mi perrita se fue y ya no hay quien me reciba gustosamente cuando llego por la noche, o porque el periódico anuncia las mismas grises noticias (sin que falten las negras), o porque hay momentos en que lo siento tan lejos teniéndolo tan cerca y otros en que al sentirlo cerca descubro lo lejos que está...

Y en veces como estas es que me gusta detenerme a pensar un momento, ¿o a no pensar?, ya no sé, pues sigo observando mis pies dirigirse a casa, izquierdo, derecho, izquierdo, derecho... y siento cómo las gotas que caen forjan una diminuta máscara sobre mí, mientras intento convencerme precisamente de tener la mente en blanco, pero ¿a quién engaño? en cada suspiro hay un mundo, hay pequeños fragmentos de esperanzas color rojo, hay centenares de preguntas dispuestas a atacar, hay guitarras que se prostituyen y guitarras que cantan sin miedo, hay vidas que olvidan vivir y luchas que devuelven la vida, hay libros llenos de teoría y analfabetas llenos de sabiduría... y claro, siempre está ese susurro que repite y repite su nombre...

Entonces vienen a mi mente fragmentos de canciones, de memorias y de sueños, y maldigo el tinte melancólico con que termino impregnando todo cuando creo preferir desaparecer un rato, alejarme de mi cuerpo y de lo que conozco, respirar aire puro al menos por un par de segundos, antes de volver a gritar promesas y apretar con fuerza la mano de la que espero carisias, para adquirir ese valor que tanto anhelo, con el cual sé que puedo eliminar de mi repertorio la sensación del miedo...

Así es, pues, que llego a casa y me desvisto de tantas dudas y punzantes ideas antes de dormir, no sin preguntarme cómo es que ellos, los "malos del cuento", pueden dormir tranquilamente... y cómo es que resisto noche tras noche esperando su abrazo, su sonrisa, y la calma que me obsequia...

Olvidé qué era lo que quería compartir...

domingo, 14 de febrero de 2010


Un montón de sanguijuelas traga inspiración están por todo mi cuerpo queriéndose dar un festín, se les complica porque tengo demasiado material en mi mentecilla como para creer que acabarán con todo, puedo asegurar que hay mucho sobre lo cual escribir, el problema es que no se han llevado bien la aguja y el hilo con que he intentado coser todo ello en una simpática tela... así que solo improvisaré algo...

:)

Lluvia de cometas,
ciudades inmensas,
dioses que, con unos tragos,
son testigos de rituales
esperando el sacrificio
en su nombre,
a cambio de fértiles tierras.

Lluvia de creencias,
ciudades eternas,
hombres que construyen
todo un mundo con sus manos,
niños llenos de lodo
volando como escarabajos.

Lluvia de profecías,
ciudades lejanas,
un mar inquieto que intuye
horizontes negros,
un par de culturas que se abrazan
en una horrible tempestad.

Lluvia de ignorancia,
ciudades destrozadas,
arrogancia, incomprensión,
monstruos que con fuego
acribillaron al sol y a la luna,
dejando un cielo roto
que caía sobre tumbas de maíz.

Lluvia de sangre,
ciudades en guerra,
imperios, espadas, cruces,
hombres blancos,
ambición, esclavos...
lucha, dolor,
y secretos enterrados...

Abuelos indios que lloran
en el corazón del tiempo,
museos que exhiben
la derrota de los dioses prohibidos,
y la modernidad que nos resume siglos
en una tienda de recuerdos...

Y yo, queriéndo viajar al pasado...