Apaga la luz,
que esta noche cometeré pecados
casi tan graves como el silencio
que legitima a los demonios,
arráncame estos miedos
y desnúdame con la misma crueldad
con que sus botas aplastan los sueños.
Recorre con tu ansiosa boca
cada onírico rincón de este cuerpo roto,
fragmentado en desesperanzas
y cansancios...
conduce mi alma con tus cálidas manos
hasta lo más profundo de este vientre que llora...
Apaga la luz,
pues habrá gritos, blasfemas, gemidos,
no sé si de dolor o de placer,
y no quiero entonces mostrar mi rostro,
quiero ser de nuevo, al día siguiente,
aquella chiquilla que pinta puertas en los muros...
Me olvidaré un momento del mundo,
dejaré de ver a las ideas vomitar desolación
y a las calles ensangrentadas,
repletas de corazones vacíos,
de sonrisas muertas e ilusiones decadentes...
Apaga la luz y sigue...
y cuando terminemos, no la prendas,
abrázame y dime, no sé,
que las cosas van a salir bien...
Me aferraré a oscuras a tu cuerpo,
quizá suspire un par de veces
o me trague alguna lágrima,
pero por esta noche dormiré tranquila...
2 comentarios:
Pues otra vez por estos lares leyéndote Fer. Me gustó mucho, el poema es sensual y sublime.
Ey comadre ay le encargo que me visite también :P
està bien chido morra, y a la ines le hubiera gustado màs si escucharà a ismael serrano, pero como su gustò no està tan desarrollado, pues que se quede con que le gustò mucho, jojojojo...
por cierto fer, visita elblog de la locaótica de ines y lee el del tanque, esta bien chido...
Publicar un comentario